Tregua de Pascua: Rusia promete alto al fuego

https://s3.ppllstatics.com/rc/www/multimedia/2025/03/13/1493739962-kX9C-U2301138228309gfC-1200x840@RC.jpg

El mandatario de Rusia, Vladimir Putin, causó asombro al declarar un cese al fuego por su parte en Ucrania durante la celebración de la Pascua ortodoxa. El anuncio, emitido mediante un discurso televisivo, indicaba que las tropas rusas suspenderían cualquier enfrentamiento durante unas 30 horas, comenzando a las 18:00 horas del sábado y concluyendo a la medianoche del lunes.

Putin expresó su deseo de que el gobierno ucraniano siguiera el ejemplo, calificando la tregua como un gesto humanitario y una muestra de buena voluntad. Sin embargo, desde el lado ucraniano se han reportado intensos ataques durante las primeras horas del supuesto alto al fuego. Según el presidente Volodímir Zelensky, durante las primeras seis horas de la tregua se registraron casi 400 bombardeos, 19 ofensivas militares y el uso masivo de drones, lo que pone en duda la veracidad del anuncio ruso.

Las autoridades ucranianas interpretan esta acción como un intento del Kremlin por dar una apariencia de compromiso con la paz, mientras continúa sus operaciones ofensivas. En sus declaraciones, Zelensky aseguró que Ucrania ha demostrado su voluntad de cesar el fuego por un periodo de 30 días, propuesta que sigue sin respuesta por parte de Moscú. Reafirmó que su gobierno está dispuesto a extender una tregua, siempre que esta sea respetada de forma real y verificable.

El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, insistió en que sus fuerzas estaban cumpliendo con la tregua, y responsabilizó a las unidades ucranianas por romper el cese al fuego. Según su versión, se habrían producido más de 400 ataques ucranianos contra posiciones rusas, así como el lanzamiento de múltiples drones y proyectiles, causando víctimas civiles, aunque sin ofrecer detalles precisos.

Al mismo tiempo que se anunciaba la tregua, las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en ciudades como Kyiv, y los reportes de explosiones continuaban en varias zonas del país. Funcionarios ucranianos, incluyendo miembros del parlamento y representantes del área de defensa, expresaron su escepticismo sobre las verdaderas intenciones de Moscú, calificando el gesto como una maniobra propagandística.

Uno de los elementos que reforzó la narrativa rusa fue el anuncio de un intercambio de prisioneros de guerra. Según información oficial, 31 soldados ucranianos heridos fueron intercambiados por 15 militares rusos en similares condiciones. Zelensky celebró el regreso de los soldados, agradeciendo especialmente el apoyo de países mediadores que facilitaron el proceso. Desde el inicio del conflicto, más de 4,500 personas habrían sido liberadas en operaciones similares.

A pesar de estos gestos, la comunidad internacional observa con cautela la evolución de los acontecimientos. En particular, el presidente de Estados Unidos ha expresado frustración por la falta de avances sustanciales hacia una paz duradera, amenazando con retirar su apoyo diplomático si ambas partes no demuestran una voluntad genuina de cesar las hostilidades.

Rusia ha comunicado una pausa pascual que trae a la memoria gestos semejantes previamente vistos, como el intento durante la celebración de la Navidad ortodoxa en 2023. En esa instancia, asimismo se garantizó una suspensión de hostilidades que no se aplicó completamente, lo cual fue objeto de crítica por parte de las autoridades de Ucrania después de varios incidentes en áreas problemáticas del este del territorio.

La estrategia del Kremlin, según algunos analistas, podría estar orientada a proyectar una imagen de disposición al diálogo ante la comunidad internacional, especialmente ante potencias que buscan una salida diplomática al conflicto. Sin embargo, las acciones sobre el terreno parecen contradecir los discursos oficiales, y mantienen el escepticismo tanto dentro como fuera de Ucrania.

Por ahora, el conflicto sigue sin solución a la vista, mientras ambas partes se acusan mutuamente de impedir cualquier avance hacia un cese del fuego duradero. La «tregua de Pascua», más que un paso hacia la paz, ha puesto en evidencia la profunda desconfianza mutua y la complejidad de un conflicto que, a más de tres años de su inicio, continúa cobrándose vidas y desplazando a miles de personas.

Por Luis Hernández