El Tribunal de la ONU evitó desatar un alto fuego en Gaza, pero denunció a Israel para evitar un genocidio | Internacional

La Corte Internacional de Justicia (TIJ) de Naciones Unidas ha ordenado a Israel que tome todas las medidas necesarias para evitar actos de genocidio contra la población palestina en Gaza, aunque ha evitado adoptar la vía más rotunda: alegar un alto incendio en la Franja. . Los juegos no han sido sofocados por el juez estatal que mantiene su ofensiva militar en el enclave, que ya ha causado más de 26.000 muertos, pero la exigencia de que Israel permita «la entrega de la ayuda humanitaria esencial urgentemente especificada por los palestinos» demuestra que el Tribunal , máximo órgano judicial de la ONU, es «consciente de la tragedia humana que se está produciendo en la zona», como ha indicado su presidente, Joan Donoghue.

La decisión del tribunal, con sede en La Haya, surge de la solicitud presentada en diciembre por Sudáfrica al TIJ, con el argumento de que Israel tiene supuestamente «intenciones genocidas» contra la población palestina (más del 1% de la población del enclave palestino cayó debido a la incursión militar). Invocó en su nombre la Convención para la Prevención y la Sanción del Genocidio de 1948, de la que ambos países eran parte y que debía garantizar la protección de la población de Gaza. También subrayaba Sudáfrica en sus acusaciones de que lo ocurrido en Francia «supera la legítima defensa». Sudáfrica fue sometida a medidas cautelares para evitar esta situación de posible genocidio. La decisión de estos viernes se refiere únicamente a estas reclamaciones de urgencia. La cuestión fundamental –si ocurrió o no genocidio en Gaza– puede tardar años en resolverse.

Entre las medidas dictadas por el TIJ está la necesidad de que Israel garantice que sus tropas no cometan actos de carácter genocida; que se prevenga y rechace la incitación al genocidio; y esto evita la destrucción de las pruebas del delito. Además, Israel debe informar a la TIJ del cumplimiento de estas medidas en el plazo de un mes.

Durante la lectura de la decisión, Donoghue pudo demostrar que el tribunal tiene pleno conocimiento del contexto en el que se desarrollan los acontecimientos. No sólo por lo que Israel hizo en Gaza, sino también por las razones que contribuyeron a lanzar su ofensiva tras el ataque de Hamás el 7 de octubre. Por ello definió la situación humanitaria en Gaza como «catastrófica», y dijo que hay «urgencia por el riesgo de que la situación prevalezca», pero también habló con Hamás. En este contexto, el tribunal estableció “la liberación inmediata e incondicional de los ciudadanos israelíes que se encuentran en manos de las milicias islamistas y otros grupos”.

La decisión del TIJ fue una de las más complicadas que enfrentó este tribunal y fue políticamente tensa. “Se le tomó con cautela las acusaciones hechas contra Israel por expertos y funcionarios de Estados Unidos para financiar sus medicinas”, dice por teléfono Asier Garrido Muñoz, exmiembro del TIJ. Según su opinión, aunque no se vio obligado a pedir el cese de las ostilidades, «los jueces han ido tan lejos como les permise la convención». Y el apartamento de la entrada de asistencia humanitaria en Gaza, “indica que el tribunal comprende la terrible situación humanitaria de la población palestina”. ¿Existe esta ordenanza en Israel? «La presidencia internacional de Israel será muy fuerte a partir de ahora para que la operación militar no se interrumpa, a menos que consiga adoptar una forma muy diferente a la actual», añade.

Incluso si las medidas cautelares son vinculantes para las partes, es posible que el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu no se cumpla porque el tribunal no tiene capacidad para garantizar su cumplimiento. De ahí el uso del mecanismo de aplicación aplicado para los jueces pidiendo informa a Israel sobre lo que está haciendo. El artículo 41 del Estatuto TIJ indica que es necesario informar al Consejo de Seguridad de la ONU de la decisión tomada. El Consejo puede registrar en Israel que cumpla lo que le han ordenado los jueces, o bien adoptar sus propias medidas. Esto último no es obligatorio y, para ello, se basa en la Carta de las Naciones Unidas.

El tribunal estuvo integrado por 17 jueces: 15 jueces ordinarios más dos ad hoc, designados por las partes contendientes, que no contactan a uno de su nación. Del lado israelí habló Aharon Barak, expresidente del Tribunal Supremo de su país. Votó a favor de permitir la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y de que Israel prevenga y penalice la incitación al genocidio. Por el lado sudafricano habló Dikgang Moseneke, que fue vicepresidente del Supremo.

Si Sudáfrica sigue adelante con este caso, evaluará el fondo e Israel podrá presentar objeciones preliminares a la jurisdicción del tribunal. Además, una sentencia sobre si cometió genocidio en Gaza puede desmoralizarlo durante varios años.

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