Un tribunal de Pakistán condenó el martes al ex primer ministro Imran Khan a 10 años de prisión. La sentencia le atribuye el delito de haber tenido información pública secreta, concretamente, en un cable clasificado procedente de la embajada paquistaní en Washington. El nuevo fracaso de Khan, el segundo en los últimos meses, ya condenado por corrupción, mantendrá el antiguo mandato entre los rejas cuando el país afronte unas nuevas elecciones generales, que se celebrarán dentro de 10 días. En el Partido Tereek e Insaf (PTI), ya anunció que considera «ilegal» la decisión judicial y que la apelará. Sus abogados creen que su único objetivo es debilitar la ayuda del lado de Khan en los cómics.
El fallo declara culpable al ex primer ministro de hacer público el contenido de un cable secreto enviado por el embajador de Pakistán en Estados Unidos a su gobierno en Islamabad. El ex ministro de Asuntos Exteriores Shah Mehmood Qureshi fue condenado a la misma pena que Imran Khan. Uno de los asesores de Khan alegó irregularidades en el proceso. En concreto, aseguró que su equipo jurídico no tuvo la oportunidad de representar al primer ministro ni cuestionar ningún texto mientras se desarrollaba el juicio en los tribunales.
Sus colaboradores consideran que el nuevo fracaso busca sacrificar al Khan de la escena pública y debilitarlo ante los nuevos cómics. El ex primer ministro seguía en prisión tras haber sido condenado a otros tres años de prisión por un caso de corrupción que ya le había apartado de las elecciones. Sus abogados, sin embargo, esperan quedar libres pronto, lo que ahora, con la nueva falta, es más difícil, incluso si presentan un recurso de apelación ante un tribunal superior.
Conspiración sugerida
El ex primer ministro aseguró que el cable diplomático era público y por qué condenó que era prueba de una supuesta conspiración del gobierno estadounidense y del ejército paquistaní para descarrilar su ejecutivo en 2022 después de que Khan visitara Moscú días antes de la invasión rusa de Ucrania. Washington y los militares, sin embargo, lo niegan. Khan también se defendió asegurando que él no fue el origen de la filtración de ese mensaje oficial aparecido en varios medios.
El PTI de Khan, que ganó las elecciones de 2018, experimentó un importante cambio de opinión este mes cuando un tribunal confirmó la decisión de la Comisión Electoral de despojar al partido de su símbolo electoral tradicional, el bat de críquet (l El ex primer ministro fue una estrella de este deportación). Nuestros candidatos ahora se presentan como independientes y acusan al gobierno y a los militares que los reprimen.
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